Luz, gravedad, tiempo y mente

Nos ha tocado, a las generaciones que compartimos estas primeras décadas del siglo XXI, ser partícipes de una dramática e inédita transición evolutiva de la humanidad. Por un lado, las formas políticas y económicas, las instituciones, creencias y valores de un mundo viejo se están desmoronando; y los poderosos que aun pretenden sostenerlas para conservar su poder y privilegios, están arrastrando a las sociedades de prácticamente todo el planeta a las guerras, los genocidios, las catástrofes climáticas y todo tipo de desigualdades e injusticias.

 

Pero al mismo tiempo que ese drama se desenvuelve, una nueva sensibilidad está naciendo; va emergiendo un nuevo paisaje de viajeros y viajeras de lo profundo, del cosmos y de la mente. Paradójicamente, al tiempo que la Ciencia avanza en la exploración de los orígenes del Universo y la vida, en la búsqueda de otros mundos, otras vidas y otros seres inteligentes, los humanos comenzamos a descubrir en nuestro interior la conciencia, la “mirada interna” y la intención que la mueve, en uno y en otros; a vislumbrar una intención evolutiva que impulsa todo.

 

Una nueva espiritualidad, capaz de inspirar un nuevo salto evolutivo en el ser humano, se va manifestando, suave y silenciosamente, en diferentes latitudes. Una religiosidad interior que va creciendo, abriendo paso a un nuevo mito sagrado universal.

Comenzamos a sentir que no estamos solos, ni tampoco encadenados a este tiempo y este espacio…

Scroll al inicio